10.6.05

la pequeñez de lo fatal. acerca de las burocracias cotidianas

las personas que circulan por latinoamerica, sus ciudades y sus ideas (para parafrasear el titulo de una obra clasica; por cierto: los titulos se parafrasean?) deben estar preparadas para soportar todo tipo de situacion burocratica que se les presente (sea esta esperable, inesperada, desesperada o desesperante). no hay vuelta que darle. hay que desarrollar una habilidad que se llama: ponerle el pecho a lo que los burocratas piden. todo se vuelve mas trastornado si hay que tratar con burocracias computarizadas, digitalizadas, virtualizadas o roboticas. ahi se pierde una de las ventajas basicas que tiene la mencionada habilidad, a saber: a las maquinolas no se les puede sonreir, regalar bombones, tratar de conmover con cara de perro triste o de “soy un/a idiota que esta en sus manos”. tampoco se las puede insultar. carajo. nunca pense que podia tener nostalgia por la antigua burocracia. la de los nepacos y las carpetas de cartulina anaranjada, la de los sellos al agua y las mesas de entrada, la de: forme fila y sera atendido, o: no sera atendido hoy por el paro. mi nostalgia es burocratica. junto recuerdos en biblioratos. no hay blog que pueda reemplazar a mis cuadernos rivadavia. tengo certezas sobre eso. tengo el alma pavimentada de recuerdos y la casa tapizada de papeles.