17.6.05

LAS COSAS (escrito por Penélope Santiago)

Que las cosas sean más caras en el DF no es sino la otra cara (y la justificación perfecta) de mi insoportable apego, de mis ganas de llevármelo todo. Quiero llevarlo todo. No quiero que falte nada... no vaya a faltar nada, no vaya a quedar algún huequito vacío (irremediablemente vacío) que pudo llenarse con un cojín. Por su parte, mi apego por las cosas (y las pequeñas cosas) no es otra cosa que la consecuencia obvia del placer que me provocan: las cucharas, las servilletas, los libros, los remedios, los cojines, los discos, la papelería, los cuadernos, las recetas de cocina, las tarjetas telefónicas, los calcetines, las poleras, los botones, los lápices, las cremas, las pinturas, las bolsas, etc, etc. Ya veré cómo meterlas, cómo llevarlas, cómo transportarlas, cómo combinarlas. Habrá que encontrar la manera. Porque no creo que sea el momento, ni que den los tiempos, para buscar nuevos placeres, para combatir tamaño defecto.