17.10.05

fangoria

jueves por la noche en el df. salon 21 es un espacio que esta en polanco y es como la trastienda, pero mucho mas grande. los revendedores sufren en la puerta, pero tienen que vender los boletos a la mitad del precio que tenian oficialmente. el concepto de multitud no cuaja con el concierto en cartel. asi las cosas, entro al salon 21. el escenario esta ocupado por los musicos, nacho, alaska y, circunstancialmente, por dos bailarinas (una nacida y la otra devenida femina, ambas tan preciosas como bruscas y grotescas en sus movimientos prefabricadamente travesticos y seudo-sensuales). el show es austero, pero alaska sabe como cubrir el escenario con sus brazos y su cabellera roja (son esas dos cosas las que realmente mueve). pese a todo, no costaba nada poner un telon aleopardado, un sofa rojo y un perchero con boas de plumas fucsias y turquesas. tampoco costaba mucho contratar a un dj del ort para que haga unos efectitos simpaticos. mr. steed, ud, no hubiese avalado esta estetica despojada, casi de posguerra. en fin, espectaculo primitivo, pero chido y amable. alaska es, sin lugar a dudas, del club de siouxsie y deborah harry. digan lo que quieran. esas señoras pertenecen a una casta internacional unica: sus movimientos son desparpajados y bellos, sus caderas anchas y omnipresentes, sus voces entre decadentes y brillosas, sus cabellos llevan las marcas de vidas muy curtidas... el publico es otro tema. predominantemente homo, poco numeroso y con una euforia absolutamente mesurada, solo "estalla" con la version tecno pop de ¿a quien le importa lo que yo haga?/¿a quien le importa lo que yo diga?/yo soy asi, y asi seguire, nunca cambiare. muy mucho diferente seria un espectaculo de fangoria en buenos aires. la gente haria gala de brillos, plumas, cueros, lentejuelas, plataformas, vestuarios de red y pieles de animales y estaria, segun creo, extasiada. el repertorio es variado, mucho de arquitectura efimera (disco que, por cierto, se ha convertido en la banda de sonido de mi devenir vital en las ultimas semanas). mi rola es retorciendo palabras de amor (vean el video aqui), suena en dos versiones y la alegria se apodera de mis sentidos. el camarero entiende que servir los rons añejos con coca muy cargados es el secreto justo y necesario para acompasar la noche. brindis, entonces, por el glamour (incluso en su minima y esencial expresion), por los deseos, por los pasados tiempos del porteño el dorado y por el presente.